Hay muchos términos que pueden resultar confusos para los que quieran alquilar una propiedad. Como ejemplos están el contrato de arrendamiento y el contrato de alquiler de temporada, que si bien a veces se usan indistintamente, hay una gran diferencia entre ambos.
Para evitar cualquier tipo de malentendido o situación desagradable en el futuro, es bueno conocer la diferencia con relación a los dos conceptos, bien sea que uno sea dueño de una propiedad o vaya a alquilar.
Contrato de arrendamiento
Este tipo de contratos permite que una persona alquile una propiedad por un período determinado de tiempo. Es común ver que el contrato dure unos 12 meses, pero también puede variar entre los 3 y 20 meses aproximadamente, dependiendo del acuerdo al que se llegue entre las partes.
Es indispensable que ambos cumplan con los términos y condiciones del contrato, como la duración del mismo, las políticas referentes a las mascotas y los aspectos vinculados al depósito. Aún más importante, el contrato no se puede cambiar a menos que ambos aprueben las modificaciones, por lo que el casero tiene prohibido aumentar el alquiler sin que estén de acuerdo.
De igual forma, la persona que alquila está obligada a pagar a tiempo, mantener la propiedad en buen estado y cumplir con lo establecido en el contrato. Si necesitas apoyo y vives en Chile, puedes contactar a un profesional que esté cerca de ti, en colaboración con 2×3.
Después de que el acuerdo finalice, ambas partes tienen la opción de establecer un nuevo trato, cambiar las condiciones o finalizar todo. La renovación o el desahucio están regulados por las leyes locales y los términos del contrato.
Contrato de alquiler de temporada
Este tipo de acuerdo es similar al anterior, con la diferencia de que dura mucho menos tiempo, hasta 11 meses máximo.
En algunos casos se renueva al final de cada mes de forma automática, aparte de que es mucho más fácil terminar el contrato tanto para el casero como para el que alquila. Para hacer esto, una de las partes tiene que dar un aviso con tiempo, el cual varía según las leyes de la localidad.
Es importante leer bien todo el contrato de alquiler antes de firmarlo y comprometerse con la otra parte. De esta forma, se conocen bien los derechos y deberes que se contraen.
Ventajas y desventajas
Como se puede notar, la diferencia se centra más que todo en la duración y la flexibilidad del trato. Además, hay ciertas ventajas y desventajas que vale la pena conocer:
Contrato de arrendamiento
Es preferible cerrar un contrato de este tipo si se quiere pasar mucho tiempo y se está seguro de los planes a futuro. Puede ser una buena opción para las familias jóvenes con niños, aquellos que tienen mascotas y todo aquel que desee pasar una temporada larga en el mismo lugar, sin tener que preocuparse por mudarse constantemente.
- Ventaja: Una de las más importantes es que ofrece estabilidad, tanto para el dueño de la vivienda como para el que alquila. Es perfecto para los que buscan un hogar a largo plazo y no quieran preocuparse por aumentos de renta u otros aspectos.
- Desventaja: La más importante es la posible complicación, si se quiere terminar el contrato antes de tiempo. Puede que se deba pagar una multa o enfrentar una demanda, a menos que se tengan justificaciones legales.
Contrato de alquiler de temporada
Puede ser una buena alternativa para aquellos que no quieran estar comprometidos por mucho tiempo. Pueden ser estudiantes, turistas o aquellos que quieran comprar una propiedad en un futuro.
- Ventaja: Sin lugar a dudas, la flexibilidad es la ventaja principal de este tipo de acuerdos. Por ejemplo, puede que una persona esté visitando una ciudad y quiera conocer varias partes antes de establecerse en una sola.
- Desventaja: Algunas personas pueden tenerle un poco de temor a la incertidumbre asociada a la duración del contrato y los posibles aumentos de renta.